Dicen que si por mi fuese el mundo daría mil y una vueltas, por mi cabezonería y por mis ganas de revolucionar todo el suelo que piso.
Sí, puede ser que sea demasiado cabezota, aunque yo no lo considero así, simplemente no paro hasta que no consigo lo que quiero, aunque sea imposible.
No soporto rendirme, pero tampoco soporto luchar durante mucho tiempo,a veces pienso que soy bipolar por el echo de que cambio muchísimas veces de opinión, además de que continuamente mis sentimientos libran la mismísima guerra mundial unos contra otros.
Soy pequeña, pero no de corazón precisamente. Amo la vida y todo lo que ella conlleva.
Odio madrugar, pero tampoco me gusta despertarme tarde porque pierdo tiempo de mi vida, tiempo que podría haber estado empleando en alguna otra cosa más importante que dormir, pero, lo dicho, odio madrugar.
